Verano. Tiempo para ralentizar. Para perderse. El tiempo justo para darse impulso.
El tiempo para recordarnos que existimos, que estamos vivos. Que la vida sigue y seguirá.
Volvimos de México. Hace dos semanas y parece ya un siglo. Las pilas se descargaron rápido. Pero nuestros ojos se llenaron de imágenes, de momentos, de sabores que nadie ya nos quitará.
¡Feliz verano!
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