Albóndigas de pescado con salsa de frutos secos

El mío era el negro: Baltasar. Nunca nadie me pudo hacer cambiar de bando, ni la barba inmaculada de Melchor ni el rubio nórdico de Gaspar. Así, desde mi tierna infancia se iniciaba una trayectoria marcada y destinada a llevar la contraria.

La intensidad con que vivía la llegada de sus Majestades era tal que aún ahora sí cierro los ojos puedo sentir las mariposas haciendo piruetas en mi estómago.  Todo culminaba con la cabalgata y una cena rápida en la que prometía no despertarme. Eso sí, antes de aprovisionar los camellos con agua y pan y a sus Majestades con un tentempié y una copita por eso del frío.

Tradición que he conservado no sea caso decidan no pasarse. Este año si esperaban encontrarse algo dulce van apañados, porque me he inclinado por dejarles algo que les asiente mejor en el estomago ante la larga noche de trabajo que les espera. Unas albóndigas de pescado acompañadas con una salsa de frutos secos harán el qué.

Aunque les dejaré una nota y, si les da tiempo y se pasan por la cocina, algo de dulce encontrarán también.

Albóndigas de pescado

La noche de Reyes empezaba semanas antes cuando iba al parque de Montjuïc con mi padre a buscar algarrobas para los camellos. Entonces por aquí Papa Noel era un ser extraño que me recordaba a la CocaCola y demasiado impecable para mis gustos alternativos. Solía hacer frío y Montjuïc me parecía enorme.  A Montjuïc le seguía una visita obligada al mercado de Santa Llucia delante de la Catedral para comprar figuras, musgo y algo de corcho para el Pesebre. No podía faltar la figura del caganer y un demonio que me parecía de un elegante brutal. El diablo, no el caganer.

Albóndigas de pescado

Mi madre, aprovechando la euforia que sólo los niños consiguen mantener, explotaba mi santa inocencia vilmente haciéndome limpiar todas las muñecas, ordenando todos los juguetes y dando unos cuantos para los niños pobres. Esto junto al terror instaurado de no portarme mal por si los Reyes me miraban, me mantenía en una excitación tal que ahora me habrían diagnosticado un TDAH.

Esto no impedía que medio escondida entre la manta me mirara las luces del árbol parpadear tras los vidrios opacos de las viejas puertas de casa de mis padres esperando a sus Majestades. Hasta que mis parpados se cerraban irremediablemente para despertarse con la misma ilusión que ahora veo tras las pupilas de mi hija al despertar.

Con la siguiente receta participo en el concurso de Recetags de Navidad que organiza Recetags en colaboración con Claudia & Julia.

Albóndigas de pescado con salsa de frutos secos

Cuando empecé este blog hace años intercalaba recetas dulces y saladas. Pero poco a poco me fui especializando más y más en pastelería y ahora apenas aparece el salado por estas lares. Cuando Recetags lanzó el reto sin embargo se me ocurrió que sus Majestades debían estar saturadas con tanto dulce y sólo se me ocurrían cosas saladas que se pudieran comer rápido y tanto calientes como frías. Estas albóndigas son ideales como aperitivos para estas fiestas.

Ingredientes para 4 personas:

200 g de rape
200 g de merluza
6 langostinos
1 diente de ajo
1 cebolla mediana
2 huevos
Perejil
Harina

Para la salsa:

Aceite de oliva
50 g de almendras tostadas
50 g de avellanas tostadas
1 envase de sofrito de tomate
1/2 vasito de anís

Empezamos pelando los langostinos, reservando las cabezas y las cáscaras para la salsa. Quitamos las espinas y la piel del pescado y lo troceamos en dados pequeños.

En una sartén sofreímos el ajo picado y la cebolla cortada a daditos. Doramos y añadimos el pescado junto a las colas de los langostinos. Salteamos bien a fuego medio y pasamos por el pasa-puré o un robot de cocina. Dejamos enfriar un poco y mezclamos con los huevos. Espesamos con un poco de harina y dejamos reposar. Formamos bolas pequeñitas, si es necesario añadimos más harina. Freímos en aceite abundante y reservamos en un plato con papel absorbente.

Calentamos el sofrito de tomate en un cazo y añadimos las cabezas y cáscaras de  los langostinos. Flambeamos con el anís.

Elaboramos una picada con las avellanas, las almendras, el perejil y chorrito de aceite. Añadimos la picada al sofrito de pescado y dejamos reducir. Pasamos por un colador chino.

Presentamos las albóndigas en boles o en brochetas acompañadas de la salsa.

Albóndigas de pescado

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