Cake de oreo

El silencio de la casa, la oscuridad que la envuelve, el frío bajo sus pies al levantarse. Pereza. El despertador no tiene clemencia y Ana se deja caer. Es un costumbre que ha adoptado con el paso de los años. Dejarse caer desde el borde la cama. Al caer arrastra las sábanas y él emite un ruido de queja. Ella quisiera gruñir cuál oso en una cueva.

¿Dónde están las malditas zapatillas?  El otoño empieza a hacerse sentir y le hubiera gustado cubrirse con una bata, pero Ana desiste. En días así encendería la luz sin remordimientos y obligaría al mundo a levantarse con ella.  


Su hijo ya está en la cocina. El vínculo del madrugar los une en el silencio alrededor de la mesa.

Ayer fue domingo y aún queda cake en la nevera. Ambos se mueven en silencio en un lenguaje tácito e invisible que les une. No siempre guardan silencio para callar, callan para guardar la paz.

Hay tantas cosas que les unen. Hay tantas cosas que les separan. Sólo el ruido de las oreo al crujir rompen su ritual.

Ella desistió de las zapatillas y se sienta los pies descalzos y los brazos desnudos. A él le cubre la bata y las zapatillas de invierno. Dos generaciones, dos mundos, unidos por una cucharada y el silencio de la cocina. 

Ana revisa los mails, las redes sociales. En su cabeza se agolpa una lista de cosas por hacer. Son apenas las 7 y el tiempo apremia. Ninguno de los dos aparenta prisa. Sus gestos son lentos, mesurados. Aunque no lo mencionen, no cambiarían por nada ese momento en la mañana.


Cake de oreo

Ingredientes para las genovesas de oreo:

Para preparar las dos genovesas de oreo, necesitaremos dos moldes desmontables de 15 cm.

50g de mantequilla pomada
170g de azúcar blanco
125ml de leche
1 cucharada pequeña de vainilla en polvo
130g de harina floja
1/2 de cc de levadura química
La clara de un huevo
8 galletas Oreo de tamaño normal

Precalentamos el horno a 180º y untamos con mantequilla pomada los moldes. Para pomar la mantequilla sólo tenemos que darle un golpe de microondas para que coja una textura que permita batirla.

En la amasadora batimos con la pala la mantequilla y el azúcar hasta conseguir una mezcla de un color amarillo pálido. Incorporamos la leche, la vainilla y seguimos mezclando hasta conseguir una textura homogénea.

En un bol aparte mezclamos la harina con la harina y la añadimos a la mezcla anterior. Seguimos mezclando y añadimos la clara de huevo.

Finalmente, troceamos bien las galletas y las incorporamos a la masa. Repartimos la mesa de forma equitativa en los dos moldes y horneamos unos 25 minutos.

Ponemos los moldes boca abajo sobre un rejilla y esperamos un poco antes de desmoldar. Dejamos enfriar.

No apagamos el horno porque vamos a hacer la genovesa de chocolate.

Ingredientes para la genovesa de chocolate:

Para la genovesa de chocolate que irá en medio del pastel, necesitamos otro molde de 15cm. Puede ser uno de los dos que habéis utilizado antes.

25g de mantequilla
75g de harina floja
25g de cacao en polvo (sin azúcar)
1/2 cc de levadura química
1/2 cc de bicarbonato
110g de azúcar blanco
1 huevo mediano
75ml de leche
50ml de agua hirviendo

Untamos con mantequilla el molde.

Fundimos la mantequilla y la dejamos enfriar un poco.

En un bol juntamos los secos: la harina, el cacao, la levadura y el bicarbonato. Tamizamos sobre un papel de cocina.

Ponemos la mezcla de secos en el bol de la amasadora y juntamos el resto de ingredientes hasta conseguir una mezcla homogénea. Vertemos en el molde y horneamos unos 30 minutos.

Dejamos enfriar boca abajo sobre una rejilla. Esperamos un poco antes de desmoldar.

Ingredientes para el relleno

300g de queso Philadelphia
100g de azúcar glas
300ml de nata para montar
6 galletas Oreo de talla normal

En un bol mezclamos el queso con el azúcar. Aparte montamos la nata. Añadimos la nata montada a la mezcla de queso y mezclamos con una espátula a manos de forma envolvente.

Trituramos los Oreo. Separamos un tercio de la mezcla en un bol y le añadimos los Oreo. Esta parte nos servirá para rellenar el pastel y el resto (blanco) para cubrirlo. Reservamos la mezcla blanca en la nevera para que coja un poco más de cuerpo.

Decoración

14 galletas Oreo de tamaño normal

Galletas mini Oreo

Montaje

Ponemos en un plato o base una de las genovesas de Oreo. Yo utilicé este tan bonita de Claudia&Julia. Con la ayuda de una manga pastelera, cubrimos con el relleno de Oreo. Tapamos con la genovesa de chocolate y añadimos una capa más de relleno de Oreo. Cubrimos con la segunda genovesa de Oreo.

Cubrimos la tarta con la mezcla de queso blanca. Lo hacemos en varias veces. Dejándolo en la nevera entre vez y vez.

Trituramos las galletas de tamaño normal en un robot de cocina, hasta conseguir una textura de polvo y cubrimos todo el pastel. Lo hacemos con paciencia, con la palma de la mano presionando con cuidado hasta cubrir  la totalidad del pastel.

Cuando hemos conseguido el resultado que queremos pasamos un alisador de los de fondant, o en su defecto acabamos de alisar con la ayuda de una cuchara.

Sinceramente, esta muy rico. Me recordó a los pasteles que se comían en Copenhague mientras fuera así frío. La receta es del libro de Linda Lomelino, Lomelino's cake que yo tengo en francés, pero que podéis encontrar también en inglés.





Brownie cheesecake con frambuesas

Abro este post hoy sin más historia que la protagonista de este blog, una misma. Hoy no hay Eustaquios, Clementinas ni Camilas. Y lo hago con un post que no estaba destinado a serlo. Me explico. Este brownie cheesecake estaba única y solamente destinado, a Instagram. Pero como estaba tan rico y gustó tanto, me decidí a compartir la receta aquí.

Como algunos, algunas, ya habréis notado, estoy intentando conseguir una galería más homogénea. Es decir, más bonita. Por lo que intento reprimir un poco mi instinto de colibrí y ser un poco constante. Tanto en contenido como en estilo. Lo cuál, creedme no es fácil. Ni por tiempo, ni por mi propia naturaleza que ya está pensando en cambiar tanta clave alta en baja. Es decir pasar de los colores claros a los oscuros.


No me juzguéis, soy una persona que se cansa con la rutina, a quién le gusta experimentar y simplemente no lo puedo evitar. Por lo que quizá, a menos que contenga el Hulk que hay en mí, este brownie cheesecake será una de las últimas fotos en clarito que salgan en mi cuenta y las luces del otoño empezarán poco a poco a dar juego a otros tonos.

Todo esto para justificar que las fotos no eran en alta resolución y mucho más Instragrameras que lo habitual os habréis dicho, pero en mi pueblo a lo mío lo llaman ser un culo inquieto. Y el mío encima da mucho para moverse.

Últimamente funciono un poco distinto. Si pienso en una receta que va a ir al blog hago fotos con el móvil para IG y fotos con mi cámara más en línea con el blog. Doble sesión vaya. Pero si sólo pienso en IG entonces las hago todas con el móvil y suele ser más pastelería americana, como este brownie. Porque me resulta más sencillo, y también sé que suele gustar mucho. Y no lo voy a negar, la encuentro ideal para un desayuno o merienda en familia. Que es justo cuando puedo hacerlo, los fines de semana.



Como las protagonistas de mis historias, sigo buscando mi equilibrio personal, emocional y físico. Cada vez disfruto más de la pastelería sin generarme frustraciones por no poder dedicarme a ella plenamente (miento, a veces me da el bajón). Pero nunca dejo de mirar al cielo, eso nunca. Y por este motivo, me he afianzado el libro de Susana Torralbo, Palabras con efectos secundarios para seguir mejorando en mi estilo de redacción de la mano de una de las grandes; me he inscrito al curso de Cristina Camarera, un trabajo a tu medida, para seguir alimentando mis sueños; al de fotografía de retrato de Encandilarte; y a uno de flores de buttercream con la gran Ivenoven. Ya sé, suena a mucho. Pero en realidad he descartado por ejemplo los cursos en Espai Sucre, Chocolate Academy u otros sitios más profesionales a los que de momento no puedo hacer frente. Aunque os cueste de creer, estoy siendo selectiva y comedida, en el sentido de que hago lo que está a mi alcance y no dejo que esto me genere frustración. Pero sin dejar de crecer, soñar y sobre todo aprender.

Ah y sí, pienso comprarme un camisón blanco y largo para ir más acorde con mi estilo de duquesa decadente que estoy adoptando últimamente. Y también para hacerme fotos que se me antojaron algunas ideas.

¡ Y ahora por favor contadme vuestros planes en los comentarios!¡Quiero saber de vuestros camisones, calzoncillos o lo que os apetezca!

Por cierto, la receta es del libro de estilismo de la gran Linda Lomelino.

Brownie cheesecake con frutos rojos

Ingredientes para un brownie de 20 cm:

225g de mantequilla
4 huevos
370g de azúcar blanco
90g de harina
Una pizca de sal
80g de cacao en polvo sin azúcar
1/4 de cucharita de café de vainilla en polvo

Precalentamos el horno a 175º.
Fundimos la mantequilla.
Batimos los huevos con el azúcar hasta blanquearlos. En un bol aparte, mezclamos los secos: la harina, la sal, el cacao y la vainilla. Juntamos la mezcla de secos con los huevos hasta conseguir una masa homogénea. Vertemos la masa sobre un molde de unos 20/25 cm que habremos previamente pintado con mantequilla pomada.

Ingredientes para el cheesecake:

300g de Philadelphia
45g de azúcar
1 huevo
4 cucharadas soperas de harina
125g de frambuesas

Batimos el queso en crema, el huevo, el azúcar y la harina hasta obtener una masa homogénea y fluida.

Vertemos la preparación encima de la masa de brownie y pasamos con cariño un tenedor para dar un efecto marmolado. Colocamos las frambuesas por encima.

Horneamos durante unos 45 minutos, o hasta que al pinchar con un palillo salga seco. Dejamos enfriar.