Tarta de rebozuelos y queso a la sueca

¿Sabíais que en Suecia los rebozuelos son un auténtico símbolo de identidad? ¿Y que pesan por litros y no por gramos? O por puñados...Para ello utilizan un vaso medidor.

Todo esto lo aprendí en un taller de cocina nórdica impartido por el Club Escandinavo de Barcelona y Fes-te Farinetes hace unas semanas. 

Lo mejor pero, fue la cena con un bonito grupo de mujeres que no nos conocíamos de nada antes en la que había sido un tarde difícil para mí. Lo segundo disfrutar de los productos que nos brinda el otoño con recetas diferentes y super sabrosas.


El taller forma parte de un ciclo de cocina nórdica que seguramente repetirá visto el éxito que ha tenido. 

Ya os he contado en otras ocasiones que tengo un cariño especial a Finlandia y Escandinavia. No sólo por la belleza de sus países, sino por su mentalidad, la escala de valores que tienen y muchas cosas más. Las noches son largas, frías y oscuras. No es fácil adaptarse pero las casas y locales lo compensan con una calidez única y muy especial.

Junto a la tarta salada, hicimos una tarta de manzana con mazapán y un crumble que muy pronto pienso mostraros.

¿Empezamos con algo salado para variar?



Ingredientes para la base:
  • 150 g de mantequilla a temperatura ambiente
  • 400 ml de harina integral o de espelta
  • 2 cucharadas soperas de agua fría
  • 1 cucharada pequeña de sal
Mezclamos la mantequilla con la harina y la sal y añadimos el agua. Trabajamos la masa hasta que quede homogénea. Formamos una bola, la cubrimos con film y la dejamos reposar en la nevera una media hora. 

La sacamos y si está muy fría la dejamos templar un poco para poderla trabajar.

Precalentamos el horno a 200 grados. Mientras con el rodillo alisamos la masa. 


Ingredientes para el relleno (ojo que son en miligramos):
  • 1000 ml de rebozuelos (sí habéis leído bien). Equivale a unos 200 g.
  • Mantequilla salada
  • 2 cebollas picadas
  • 4 huevos
  • 150 ml de crème fraîche (nata espesa)
  • 150 ml de queso curado de sabor intenso rallado. Yo utilicé un parmesano regianno
  • 100 ml de cebollino picado
  • Pimienta negra (y sal si hace falta)
Picamos las cebollas, el cebollino, rallamos el queso y cortamos a trocitos los rebozuelos. Freímos los rebozuelos junto las cebollas picadas con mantequilla salada (sed generosos) . Batimos los huevos ligeramente y añadimos la crème fraîche, los rebozuelos junto la cebolla fritos, el queso rallado y el cebollino. Añadimos un poco de pimienta y sal si hace falta (con la mantequilla no suele ser necesario). Vertemos la mezcla en el molde con la base.

Horneamos durante unos 15/20 minutos o hasta que el relleno se solifique y esté dorado.

Dejamos enfriar un poco antes de servirlo. 

Nosotros lo acompañamos con una ensalada con hijos. Delicioso. La base con la harina integral le da un sabor muy rico.

¿Os animáis?





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