Tarta de crema de limón

Amor, acidez al morderte. La nariz se me arruga al tomarte. Amor, refrescante como la limonada. No dejaría de tomarte, a pequeños sorbos para que nunca acabe. Amor, me gustaría endulzarte para poder conservarte en un frasco cerrado en el interior de mi despensa más allá del fin de los días. Salarte para beberte y emborracharme con tu néctar.


Os preguntareis qué fue de esos limones que me lleve de la calçota en Reus. Los pobres no paraban de mirarme rogando que los exprimiera y les sacara toda su pulpa. 


Pues primero los confité. Algo que tenía muchas ganas de aprender a hacer desde que mi amiga Jihad me dijo que su madre los añadía al tajine de alcachofas. 

Y luego, bueno, luego, me dejé llevar por la gula...


Soy débil. Y aunque a mi favor tengo que decir que estoy comiendo infinitamente más sano, después de la hamburguesa de espinacas (deliciosa por cierto) esta tarta me alegró la tarde.

No os sabría decir si está más rica la masa o la crema de limón. Creo que lo mejor que podéis hacer, sinceramente es probarla.

La receta es del gran Christophe Felder y su libro Pastelería!



Tarta de crema de limón
Ingredientes para la masa: 120 g de mantequilla pomada, 80 g de azúcar glas, 1 vaina de vainilla o 16 g de azúcar avainillado, 25 g de almendra en polvo, 1 pizca de sal, 1 huevo, 200 g de harina floja

Vertemos la mantequilla en un bol y tamizamos encima el azúcar glas. Añadimos las semillas de la vaina de vainilla o el azúcar avainillado, la almendra en polvo y la sal. Mezclamos con la ayuda de una espátula hasta que obtenemos una textura homogénea. Añadimos el huevo entero y mezclamos. Tamizamos la harina encima y continuamos mezclando con la espátula sin trabajar mucho la masa (no nos interesa que suba el gluten). Yo la acabé a mano. Una vez la tenemos la envolvemos en papel de film y la guardamos en la nevera dos horas. Precalentamos el horno a 180º.

Una vez hayan pasado las dos horas, estiramos la masa con un rodillo entre dos hojas de guitarra o en su defecto de papel de hornear. También podemos enharinar la superficie de trabajo y estirarla así. Pero como se calienta muy rápido siempre va mejor hacerlo entre dos láminas para que no se enganche al rodillo. Tiene que tener unos 2 mm de grosor. Pinchamos la masa y la  cortamos la masa con un aro de 16 cm de diámetro y 2 cm de alto. Forramos el aro, previamente engrasado con mantequilla pomada, con esta base y hacemos tiras con la masa para hacer las paredes. Si no tenemos aro, nos valdrá un molde bajo redondo pero con el fondo desmontable. Horneamos durante 15/20 minutos. Dejamos enfriar.

Ingredientes para los limones confitados: 1 limón entero, 100 g de azúcar en polvo, 20 cl de agua
Cortamos el limón en láminas de unos 2 mm de grosor. En una cazuela ponemos el azúcar y el agua y lo llevamos a hervir a fuego medio. Añadimos el limón y los dejamos confitar unos 10 minutos. Cuando la piel se vuelve un poco translucida es que están listos. Los dejamos enfriar.

Ingredientes para la crema de limón: la piel de 2 limones, 12 cl de zumo de limón, 120 g de azúcar en polvo, 3 huevos medianos, 175 g de mantequilla cortada a trocitos.
En un cazo, vertemos el zumo de limón, el azúcar, los huevos enteros y la piel de limón. Lo calentamos a fuego medio sin dejar de mezclar con un batidor de mano. Tiene que llegar a ebullición y tiene que tener la textura de una crema. Retiramos del fuego, quitamos la piel del limón y la pasamos por un colador chino encima de la mantequilla cortada a trocitos. Batimos todo con un minipimer hasta que sea homogéneo y liso. Cuando esté tibia, vertemos la crema dentro de la masa y dejamos enfriar en la nevera una hora.
Una vez enfriada, decoramos con los limones confitados y dejamos en la nevera hasta que la consumimos.

Hay que reconocer que a los franceses no les gana nadie con este tipo de tartas.




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