Bonsfocs: aroma de pan

Sábado por la mañana. La pereza se instala en mi cuerpo. Nada que no se cure frente a un buen café con leche y un delicioso pan de arándanos y chocolate. El frío se queda en la calle, tras la puerta. La calidez del ambiente me recuerda el por qué de estar allí. Seis españoles en una clase de pan francés impartido por una profesora canadiense en inglés y traducido por una holandesa con acento andaluz. Podría ser el inicio de un chiste pero no lo es. Sólo es el reflejo de la variedad cultural que abraza esta ciudad y que sin embargo comparte un mismo perfil: el gusto por las pequeñas cosas. Joan y Mónica lo han hecho posible una vez más en un espacio que intenta recuperar tradiciones a través de los fogones. Jean Benoit, magnífica profesora, hizo el resto. Descifrar ingredientes con reglas de tres, dar forma a un proyecto y sentir la voluptuosidad de la textura de la masa en tus manos. Sin prisas. El tiempo no se detiene, simplemente toma otra dimensión. Exigencia, precisión, paciencia y una buena dosis de energía para amasar. Hacer pan puede convertirse en una buena terapia anti-stress. Y entre paso y paso, una nueva oportunidad para saborear un café, entablar una charla, descubrir un poco más de la historia de ese pan, saborear una choucroute casera deliciosa o simplemente conocerse un poco mejor. No es la velocidad del tiempo la que cambia, es la calidad. El resultado: Las mejores baguettes, pain de campagne y pan brioché que he comido nunca. La prueba: pasaron el test de mi compañero francés a pesar de la poca gracia que tuve dándoles forma ;-) No puedo esperar al próximo taller: desayuno francés. Seguro que no será el último. Más información e imágenes: http://bonsfocs.blogspot.com

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