Pizza rápida de Jamie Oliver

Debo confesar que la pizza nunca ha sido mi plato favorito. Aunque en días en que mi sombra se apodera de mi cuerpo y alma, la tentación de pedirte una prevalece sobre todos los gustos.
El caso es que para mi humilde opinión se le añaden demasiados ingredientes. La masa ni se nota y acaba convirtiéndose en una tarta enorme de verduras. Verduras u otros elementos. Y demos gracias que la masa no se nota, porque encontrar una buena base no es un asunto fácil.
A mí me gusta bien fina, crujiente y con pocos ingredientes. Contra menos mejor. Oregano, mozzarella y poca cosa más. En Francia consigo encontrar pizzas, con base de crema en vez de tomate, deliciosas. Pero aquí no se acostumbra tanto a estas coberturas, por lo que he empezado a hacerlas yo.
De recetas de pizza hay muchas, tantas imagino como casas en Italia y como gustos.
Al principio seguí la receta de Richard Bertinet en su libro Panes. Pero el proceso de elaboración de su receta, aunque muy rica, lleva demasiado trabajo para mi gusto. Se trata de una masa con aceite, y por lo tanto más complicada para amasar a mano, y con un levado largo. A poder ser toda una noche en la nevera.
Como para mí la pizza suele ser un recurso para los días que no puedo con mi alma, no tenía mucho sentido complicarme tanto la existencia. Por lo que empecé a buscar una receta intermedia. Y la encontré en el libro  La cocina italiana de Jamie Oliver.
De este libro os hablaré otro día con más calma. Pero ahora vamos a por la pizza.

La primera diferencia que notamos respeto a la receta de Bertinet es el uso de semolina y levadura seca (lo que ayuda a un levado más rápido). No se añade aceite a la masa y por contra se le pone un poco de azúcar.
Mirando por internet he visto que lo de echar una cucharada de azúcar sirve para que la pizza quede más crujiente en un horno doméstico. La verdad es que estaba supercrujiente.
Lo que más me ha gustado de esta receta es la explicación que da Jamie para adelantar trabajo, dejando las bases estiradas en la nevera, apiladas, y sacándolas justo antes de cocerlas.
Quizá no es tan natural como otras recetas pero el resultado es muy bueno.

Ingredientes para 6/8 bases medianas de pizza:

• 800 g de harina 
• 200 g de semolina
• 1 cucharada de sal marina
• 14 g de levadura seca
• 1 cucharada de azúcar moreno fino
• 650 ml de agua templada

Elaboración:

• Mezclamos el azúcar y la levadura en el agua templada y dejamos reposar unos minutos.
• Hacemos un volcán con las harinas y la sal sobre la mesa de trabajo y echamos en el centro la mezcla de agua. 
• Con un tenedor vamos incorporando poco a poco la harina de la parte interior del volcán al agua hasta que se integre toda. La imagen es un poco la de un glaciar cayendo sobre el mar.Si lo preferís también se puede hacer un primer amasado directamente en un bol, olvidaros del volcán. 
• Acabamos de amasar a mano hasta que consigamos la textura correcta. Tiene que ser suave y elástica. No se tiene que enganchar en la mesa. Ni se os ocurra añadir harina durante el amasado para "ayudar" porque cambiaríais la proporción de ingredientes.
• Una vez tenemos la masa lista, hacemos una bola, enharinamos un poco por encima y la cubrimos con un film de cocina.
• La dejamos reposar mínimo 15 minutos a temperatura ambiente (id vigilando).
• Dividimos la masa en tantas porciones como pizzas queramos y les damos forma de bolas. 
•  Unos 15/30 minutos antes de meterlas en el horno, enharinamos la superficie de trabajo con semolina y estiramos cada una de las porciones con la ayuda de un rodillo, o a mano, dándole la forma de un círculo de medio centímetro de grosor. Un consejo, para manipular las pizzas en un horno casero, es mejor que sean pequeñas.Si es necesario podemos ponerlas en dos niveles dentro del horno.
• Para adelantar trabajo, cortamos un trozo de papel de aluminio del tamaño de la base, lo engrasamos con aceite, lo espolvoreamos con semolina y colamos la base encima. 
• Repetimos el procedimiento con el resto de bases. Si las cubrimos con un poco de semolina podemos apilarlas una encima de la otra sin miedo que se enganchen. Las tapamos con un film de cocina y las guardamos en la nevera hasta que las hagamos.
• Calentamos el horno a 250ºC y colocamos dentro, si tenemos, una piedra de hornear. Si no tenéis podéis utilizar una bandeja de horno colocada al revés.
• Mientras vamos disponiendo los distintos ingredientes sobre la pizza. En este caso puse, una salsa de tomate casera, mozzarella, jamón, oregano, aceite y sal. Y para los más glotones, es decir yo, coloqué en el centro un huevo.
• Horneamos las pizzas de 7 a 10 minutos, hasta que estén bien crujientes y doradas.

Esta semana repito con la excusa de que aún tengo mozzarella.
Por cierto esta receta la dedico a Yolanda.