Bundt de limón, jengibre y pimienta blanca

En el país de las dulces no todo es de color blanco y rosa. Los stands no son aptos para cualquiera y la batalla para conseguir un expositor es árdua y sin tregua. 

Gengibre, limón y pimienta blanca se pasean como siempre por los laterales del gran patio. Intentando pasar desapercibidos entre cupcakes y lakers orgullosos de sus colores, brillos y bordes perfectos. 

En este mundo de cremas y glaseados de formas imposibles, solo encuentran su espacio entre galletas y algun dulce que intenta transgredir lo establecido, a veces por pura rebeldia, a veces por pura ambición. 

Desde pequeños les enseñaron a aceptar su destino, disfrutar de los pequeños logros, valorar su pequeño entorno. Algunos dan el salto, emigran a otras tierras donde les reciben con los brazos abiertos por lo que aportan. Otros deciden reorientarse y abandonar la repostería, aceptar un destino menos noble pero seguro. Y unos pocos intentan seguir cambiando desde el interior su destino. 

Gengibre, limón y pimienta blanca disfrutan de la tranquilidad que permite la invisibilidad pero siempre mirando hacia arriba, hacia ese stand de pie rorococo que les mira altivo. ¿Cómo se vería el mundo desde allí arriba?

De vez en cuando mantequilla les pone la zancadilla y azúcar les espolvorea la cabeza. Es el precio a su diferencia. 

¿Y si les diéramos una oportunidad? Solo así podrán valorar si desean estar allí arriba.


Bea Roque, más conocida por su faceta bloguera en el Rincón de Bea, ha sido sin duda una de las pioneras al introducir en la respostería española pasteles que transgredían un poco lo que conocíamos dejando participar a zanahorias, calabazas, remolachas y calabacines entre chocolates y mantequillas. También seguramente es una de las responsables de que actualmente se puedan encontrar más fácilmente todos los ingredientes. Lo hizo difundiendo la repostería americana e inglesa que ahora todo el mundo desea aprender. Nos presentó pasteles con alturas imposibles y capas interminables. 

Empezó muy modestamente en el año 2007 con un blog que le abrió su marido. Pero actualmente trabaja como responsable de comunicación y community manager en una cadena hotelera y ha publicado su primer libro donde nos rebela sus recetas preferidas. 

No trabaja profesionalmente como respostera pero su amor por los pasteles la han convertido en la bloguera más visitada.

Para mí ver personas que han empezado de forma sencilla y que han ido creciendo y consiguiendo su sueño empujadas por el amor a lo que les gusta son simplemente inspiradoras.

Planeta es la responsable de poner en estas 300 páginas todo el conocimiento de Bea en layer cakes, foam cakes, muffins y cupcakes, cheesecakes, cookies y galletas decoradas. Lo hace dividiendo de forma diferenciada cada una de las secciones por colores, con una introducción inicial sobre el equipo e ingredientes necesario, una edición cuidada y una introducción general por sección. Algo que me gusta mucho es que cada receta incluye un pie de nota con consejos y aclaraciones detalladas. Mi único pero es que me hubiera gustado ver más aire en algunas las fotos. Estos pasteles son tan impresionantes que realmente piden espacio y protagonismo.

La verdad es que no sabía qué escoger entre las más de 80 recetas y al final me incliné por transgredir un poco y echarle pimienta a la cosa. Y con un molde de Bundt que compré en el Lidl (ahí me la jugué un poco) conseguí este resultado. 

Ahora que viene Navidad, no se me ocurre mejor idea para un apasionado de este tipo de repostería que regalarle este libro. 





Lemon, ginger and pepper bundt cake
Ingredientes: 250 g de mantequilla, 250 g de azúcar, 3 huevos grandes, 420 g de harina floja, 3/4 de bicarbonato, 3/4 de cucharadita de levadura en polvo, 1 cucharadita de pimienta blanca en polvo, 250 ml de buttermilk (lo puedes hacer mezclando 250 ml de leche con 15 ml de limón y dejándolo reposar media horita), 2 cucharadas de ralladura de limón, 2 cucharadas de zumo de limón, 2 cucharaditas de jengibre fresco rallado (o una si es en polvo).
Precalentamos el horno a 170º. Engrasamos un molde de 25 cm de diámetro con spray especial de desmoldado con con mantequilla pomada y la ayuda de un pincel. En un bol mezclamos el jengibre, la ralladura y el zumo de limón. Tamizamos la harina, el bicarbonato, la levadura y la pimienta. Batimos la mantequilla con el azúcar hasta conseguir una mezcla blanquinosa. Añadimos los huevos uno a uno ligeramente batidos y a velocidad baja. Añadimos la harina en tres veces intercalando con el buttermilk y terminando con la harina. Incorporamos la mezcla de zumo de limón y mezclamos hasta incorporarlo todo bien. Volcamos en el molde, asegurándonos de que la masa entre en todas las hendiduras del molde, y horneamos entre 45/60 minutos (depende mucho del horno). Dejamos enfriar 10 minutos y desmoldamos boca abajo. Dejamos enfriar totalmente sobre una rejilla.
Ideal para acompañar con un te especiado de Navidad.

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