Bollos suecos de cardamomo y canela

Me gusta leer. No concibo mi vida sin un libro, esta es la verdad. No concilio el sueño sin un libro aunque a menudo se convierte en una lucha feroz con mis parpados. 

Desde niña vivo rodeada de libros y he pasado este "defecto" al mayor para desesperación de mi pareja. Especialmente cuando hay mudanzas. 

Leo todo lo que cae en mis manos, cómics, libros didácticos, novelas. A veces de forma hasta compulsiva. Es cuando me sorprendo leyendo un cómic con dibujos de los 70 sobre la historia de Francia super kitsch o incluso unas instrucciones mal traducidas. Creo que si fuera a un motel de Estados Unidos acabaría leyendo la biblia.

Nada me hace más feliz que recibir un libro o perderme en una librería. Siempre termino sentada en el suelo hojeándolos entorpeciendo el paso.

Por eso cuando nos mudamos a este piso y vi la estantería, junto a la cocina me quería morir.


Luego vi mi futura zona de trabajo, llena de luz que acabó por ser mi estudio improvisado de foto y la sala de juegos de la peque.

A lo que no tengo tanta costumbre es a leer revistas. Pero el otro día mientras esperaba a que cortaran el pelo al mayor, descubrí en una tienda que vendían Kireei.

Nunca la había comprado. Los puntos de venta estaban lejos del micromundo en el que vivo encajada debido a mi maravillosa idea de volver a ser madre. Sí que la sigo con devoción online. 

Y decidí mimarme.



Menudo lujo. Leer esos textos maravillosos con estos deliciosos bollos suecos.


Ahora me doy cuenta que no os hablé del taller que hice con Iban Yarza en Fes-te farinetes en diciembre. Me había prometido no hacer más talleres de pan, pero cuando vi que hacía uno de panes suecos en mi barrio no lo pude evitar. Ya sabéis que mi pareja dice que soy una bulímica de actividades. La verdad, es que hacia mucho tiempo que quería hacer un taller con él. Pero por A o por X nunca podía ser. Y no me decepcionó para nada. Aprendimos a hacer unos panes super interesantes. Me encanta la anarquía de los nórdicos. Seguro que les viene de su pasado vikingo. E Iban es super cercano y tiene tanto qué enseñar. Me encantan estas personas que comparten tan generosamente su bagaje cultural. Os lo aconsejo totalmente.

De este taller salieron estos bollos, que han sido la delicia de la casa.



Bollos de cardamomo y canela
Ingredientes (para unos 15/20): 780 g de harina panificable 425 g de leche 150 g de azúcar 150 g de mantequilla 18-25 g de la levadura (dependiendo de la prisa) 9 g de sal 2 cucharadas de postre de cardamomo Para el relleno: 120 g de mantequilla 120 g de azúcar 80 g de almendra molida 2 cucharaditas de cardamomo molido 3 cucharaditas canela Para decorar: huevo, azúcar perlado o almendra fileteada Elaboración: Fundimos la mantequilla en leche caliente. Una vez está deshecha, desleímos la levadura dentro de la leche. Incorporamos el 70/80% de la harina a la leche y lo mezclamos con una cuchara de madera grande (necesitaréis ponerlo en un bol grande). Incorporamos el resto de la harina, el azúcar, la sal y el cardamomo y amasamos hasta que esté listo y brillante. Dejamos fermentar la masa hasta que doble el volumen cubierta con papel de film (más o menos media horita). Mientras preparamos de mientras la crema del relleno y precalentamos el horno a 250º. Haremos dos tipos de relleno. Uno con canela y el otro con cardamomo. Para esto dividiremos los ingredientes en dos boles y lo mezclaremos todo bien, solo que en un pondremos canela y el otro cardamomo. O si preferimos la hacemos toda de un solo sabor. Si decidimos hacerlos de dos sabores, dividimos la masa en dos piezas (si solo queréis de un sabor nos saltamos este paso). Con el rodillo extendemos la masa sobre una superficie espolvoreada de harina y hacemos un cuadrado de masa de un centímetro de grosor. Una de las partes la untamos toda con la crema de canela. La otra la untamos solo 2/3 con la crema de cardamomo. La masa con cardamomo la plegamos en tres (los dos extremos de la masa hacia el centro como para el hojaldre. Primero un extremo al centro y luego el otro también hacia el centro pero por encima del primero, como si plegaramos unas sábanas, de manera que quedan tres capas). Pasamos el rodillo otra vez y cortamos tiras de masa por el lado más corto de un dedo de ancho. Dejamos reposar 5 minutitos y hacemos nudos con la masa (esto tengo que aprender a hacerlo con más gracia). Dejamos levar hasta que doble el volumen otra vez. La masa de canela la enrollamos por la parte larga como un canuto y la cortamos en forma de discos. Dejamos levar también. Una vez haya levado pintamos con huevo y decoramos con azúcar perlado, almendras y un poco de canela o cardamomo. Esto a vuestro gusto. Hornemos 5/6 minutos. Son deliciosos.


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