Tarta de frutos rojos

De rojos, azules y morados se tiñe el camino de lado a lado. Mis manos buscan la manera de esquivar las espinas y alcanzar el fruto preciado que me como mientras mis pies siguen andando sin prisa hacia un destino aún por definir. Su sabor ácido y dulzón me explota en la boca y entonces me doy cuenta de que no quiero renunciar, que no quiero parar. Mi camino no se parará ante el cansancio, ni las limitaciones, mi camino seguirá y sólo parará hasta que esté cumplido. Como al alcanzar los frutos del bosque, mis manos tiemblan al teclear cada palabra tras dos semanas sin escribiros. Las mismas manos que se tiñeron de rojo y azul para formar esta tarta. Las mismas que hablan junto a mi mirada y que se agarrotan ante la impotencia. Estas manos que os invitan a ensuciaros con esta tarta de frutos del bosque.

Fresas salvajes

Salvajes, caprichosos, inaccesibles y sin embargo tan irresistibles. Los frutos rojos son la muestra de que las pequeñas cosas de la vida suelen esconder el más dulce sabor aunque para ello tengamos que buscar caminos paralelos o sortear espinas. Espinas que muchas veces nosotros mismos imaginamos y que después comprobamos que no son tales, o que sólo nos impiden llegar a una parte de nuestro anhelado fruto.

Tarta de frutos rojos

¿Cuántos caminantes siguieron su camino obviando los frutos que se extendían a su paso? ¿Cuántas tartas se dejaron de compartir por no buscar entre las espinas del camino? Buscar atajos, caminos paralelos o simplemente pararse y esperar al momento adecuado para saltar, cruzar las zarzas.

Durante estas semanas todo se ha quedado bloqueado por motivos laborales pero la realidad era tal que decidí no frustrarme y simplemente darle al botón de pausa, sabiendo que mi camino seguiría allí esperándome. Pero ahora contemplando el recorrido, me doy cuenta que el camino no se bloqueó nunca, seguí moviéndome por las redes, hice una sesión de fotos boudoir a una joven y prometedora escritora, asistí a un monográfico de galletas en Hofmann y el horno se ha encendido para las recetas del libro que sigue poco a poco su propio camino lentamente.

A veces tenemos que obligarnos simplemente a mirar el recorrido para darnos cuenta de los pasos que damos en nuestro camino.

Tarta de frutos rojos

Ingredientes para la masa brisa:

185 g de mantequilla blanda (pomada)
25 g de leche tibia
1 yema de huevo pequeña (10 g)
1 cuchararita pequeña de sal
1 cucharadita pequeña de azúcar
250 g de harina floja

Ingredientes para el relleno:

3 huevos
25 g de almendra molida
100 g de nata líquida
100 g de azúcar
30 g de pistachos pelados
25 g de mantequilla fundida
1/2 cucharada de kirsch
1/2 cucharada de harina
200 g de frutos del bosque (frescos o congelados)

Batimos la mantequilla con la pala, añadimos la leche tibia y el huevo y seguimos mezclando. Incorporamos la sal y el azúcar. Tamizamos la harina y la añadimos a la mezcla hasta obtener una masa homogénea. Estiramos la masa con el rodillo entre dos hojas de papel o de plástico alimentario (hojas de guitarra) y la dejamos un rato en el congelador. También podemos hacer una bola y filmarla, dejarla en la nevera dos horas y luego extenderla con el rodillo.

Precalentamos el horno a 180º y preparamos el relleno.

En el bol de la amasadora mezclamos los huevos, junto a la almendra molida, la nata, los pistachos enteros, la mantequilla fundida, el kirsch y la harina durante unos dos minutos hasta que obtengamos una preparación homogénea.

Pintamos con mantequilla el molde. Yo he utilizado un aro de 18 cm de diámetro y 2 cm de alto pero sobró masa y relleno. Ponemos la masa en el molde y le hacemos con el cuchillo unos cortes en la base. Vertemos los frutos del bosque en el fondo y echamos la masa del relleno por encima.

Horneamos unos 40 minutos más o menos y dejamos enfriar.

Una tarta clásica, no especialmente dulce, que espero que disfrutéis.

Tarta de frutos rojos

4 comentarios

  1. Y a veces no tenemos más remedio que parar.....poner mas atención a otros asuntos y volver.....así que bienvenida siempre...y si vienes con estas fresitas salvajes....yo te hago la ola...
    Besos guapa
    Marialuisa

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Exactamente, a veces hay que parar. Para seguir luego al camino o incluso para coger otro tren o volver al punto de inicio :-) Un beso preciosa

      Eliminar
  2. Muchas veces hago ese ejercicio, cuando me acuesto por la noche busco nombrar sólo las cosas bonitas y buenas que he terminado o comenzado en ese día... Y siempre salen unas cuantas... A veces nos mamporreamos a nosotras mismas sin ninguna necesidad, verdad? Besos gordos para ti y tus ganas de hacer todo y todo y todo, smuaac. Fer

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues yo debería hacerlo más a menudo Fernanda, tiendo bastante a mamporrearme y a frustrarme por todo lo que no puedo hacer. Y aunque es cierto que no puedo hacer todo lo que quisiera, no nos merecemos autoflagerlarnos así :-) Un beso enorme guapa, smuacc

      Eliminar