Medals (Galletas danesas)

Caminando por sus calles de colores la luz hasta parecía existir. El viento era frío y sus pasos rápidos. Pero no se sentía sola. Las campanadas de las torres la observaban protectoras y las flores la saludaban. Dentro, en los cafés, la gente se reunía entorno a las mesas sin prisas e indiferentes al paso del tiempo. Hubiera deseado congelarse en ese preciso momento pero preferío tomarse una taza de café.

Galletas danesas

El olor a canela la acogió tras empujar la puerta. Lo segundo fueron los pasteles en el aparador con nombres imposibles de pronunciar para ella. Miguel había preferido quedarse en el pequeño apartamento y ella decidió ver la ciudad desde su propio ángulo, sin prisas, jugando con las sombras y persiguiendo los rayos de sol. En esto estaba cuando él se sentó a su lado. Se quitó los guantes, la chaqueta y una escueta bufanda y le sonrió. 

Galletas danesas

"Uno y uno son dos" pero nosotros podemos ser lo que queramos, se dirigió en inglés. Elena miró a los lados, no había duda, le hablaba a ella. Se tomó unos segundos antes de responder. Lo observó, se detuvo en su labios perfectamente dibujados, sus azules ojos de melancolía, su pelo dorado y sus largas y suaves manos. Miró alrededor, le cogió la mano y respondió: "uno y uno son dos", pero nosotros seremos uno en este preciso momento. 

Galletas danesas

Y allí sentados decidieron ser uno. Se cogieron de la mano, se tomaron su café. Las palabras sobraban y los silencios adquirían textura propia. La chica les trajo unos medals cargados de compota y nata. Dos desconocidos descubriéndose por primera vez. Dos desconocidos descubriéndose en el silencio. El plato vacío, las migas creando su propia historia. La taza a medio terminar. Se cubrieron y salieron a la calle las manos aún cogidas. A sus espaldas un ayer, enfrente un presente. El nombre de Miguel parpadeando en la pantalla al fondo de su bolsillo y sólo existente por un vibrar cada vez más lejano.

Galletas danesas

El fin de semana pasado hice un workshop en el Handmade Festival en Barcelona con motivo de la publicación de mi libro con Demodé Books. Todavía no se ha hecho la presentación oficial pero tenían un stand y para mí fue una oportunidad y un auténtico reto dar una clase en un espacio así. A la vez que les apoyaba con mi presencia. Esto junto a un pedido me dejó muerta para el resto de la semana, como si mis músculos no respondieran. Por lo que finalmente descarté hacer algo de bollería y me decanté por estas galletas rellenas de compota de manzana casera y nata, cubiertas de chocolate, que son un auténtico pecado para tomar por la tarde. Nos merecemos cada día una pequeña recompensa, ¿o no?

Ya conocéis mi amor por los países del Norte. No por los países en sí que tendemos a idealizar pero que como en todas partes tienen sus pros y sus contras. Lo que me enamora es un ritmo, un hacer que conecta conmigo inmediatamente y me hace sentir como parte de él. Por esto decidí rendirle homenaje a Dinamarca esta semana y desempolvar el libro que me traje de Copenhague "Scandinavian Baking" que todavía no había tenido tiempo de experimentar. Creo que voy a recomendar cada vez más libros que me gustan y este sin duda es uno de ellos. Desde las fotos, a las propuestas que van desde tartas a pan y las explicaciones.


Medals (Medaljer)

La base de la galleta, rica ya por si sola, me recuerda mucho a un sablé,o galleta de mantequilla, aunque su elaboración es un poco distinta. Os saldrán unas 14 galletas.

Ingredientes para la masa:

200g de harina floja
50g de azúcar glas
1 cucharada de ralladura de limón
100g de mantequilla pomada (blanda)
1/2 huevo ligeramente batido

Precalentamos el horno a 220º.

Mezclamos en el bol de la amasadora la harina y el azúcar junto a la ralladura de limón (también se puede hacer a mano). Añadimos la mantequilla y amasamos a velocidad baja con la pala hasta conseguir una textura arenosa, como un crumble. Vertemos el huevo y amasamos hasta conseguir una bola. Cubrimos con film y dejamos reposar en la nevera media hora. Mientras hacemos la compota.

Ingredientes para la compota:

1 vaina de vainilla
2 manzanas (yo utilizo reineta)
100g de azúcar moreno

En un cazo, ponemos las manzanas peladas, sin el corazón ni las pepitas y cortadas en trocitos junto al azúcar y la vainilla abierta por la mitad. Dejamos cocer a fuego bajo unos 20 minutos o hasta que compote bien. Dejamos enfríar.

Volvemos a nuestras galletas que estiraremos a 3 cm de grosor y cortaremos con un cortador de galletas de unos 6/7 cm de diámetro. También sirve una taza de café o un vaso para cortarlas. Al llevar bastante mantequilla tendréis que trabajar rápido para poder manejarlas. Pero tranquilos, la masa se puede volver a poner en la nevera y estirar de nuevo si es necesario.

Horneamos unos 7 minutos y dejamos enfriar sobre una rejilla. Y seguimos con el chocolate.

Para el relleno y el topping:

100g de chocolate negro (70% de cacao)
10g de mantequilla
200g de nata montada

Fundimos el chocolate junto a la mantequilla al microondas. Poco a poco de 10 en 10 segundos (dependiendo de vuestro microondas). Como siempre al principio no mezclamos porque el chocolate se espesa al mezclar.

Ponemos la mitad de las galletas, las que harán de tapa, sobre una rejilla y con la ayuda de una espátula cubrimos con un poco de chocolate. Dejamos que se enfríe.

Rellenamos la base con una cucharada pequeña en el centro de nuestra compota casera y rellenamos una manga pastelera con la nata. Rodeamos la compota con nata y cubrimos con nuestra galleta cubierta de chocolate. Y a disfrutar con una taza de café o té sin prisas.

Galletas danesas

5 comentarios

  1. Essas bolachas ficaram lindas, gostei de ambos os recheios.
    Impossivel comer apenas uma...

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  2. Oh que lindas, e gulosas, adoro a compota com maçã uma delícia de certeza, e as fotos super encantadoras.

    um beijinho

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  3. Me han encantado tus galletas. Felicidades por tu libro, has trabajado muchísimo y has hecho montones de cursos (me muero de la envidia), así que te mereces todo lo bueno que te pase.
    Un beso guapa
    Marialuisa

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    1. Muchas gracias bonita por estar aquí siempre apoyando. Yo soy la eterna estudiante. Aunque no lo haya hecho de la forma tradicional con másters y cosas así, pero siempre tengo la necesidad de aprender más y mejorar sin que esto desgraciadamente mejore mi seguridad en mí ;-) Un beso enorme!

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