Pues bueno aquí estamos. Y ya ha pasado más de un mes del último post. Supongo que toca excusarme. No os lo voy a negar, ha sido una temporada intensa. Nuevo piso, la cocina en reforma, preparando mudanza aún, mucho trabajo, encargos y muchos proyectos que me han desbordado. De hecho aún sigue. Pero ya estoy aquí, con la firme intención de encontrar energía y volver a escribir. De volver a dotar las páginas en blanco de historias de mujeres, con sus sueños. No he desaparecido del todo, al contrario, estoy bastante activa en Instagram como sabéis y ahora os explicaré un poquito más mis proyectos, aunque sin desvelarlos mucho que luego dejan de ser sorpresa.
Esta tarta es el resultado de buscar cada vez más recetas alternativas. Era algo que tenía pendiente desde hace tiempo. Recetas veganas, pero también sin gluten, sin azúcares blancos. Todo pensado para las personas que quieren llevar una dieta más sana y que va muy en mi línea porque aunque os sorprendáis en mi día a día yo no tomo nada de azúcar, tomo leche de arroz y llevo una dieta flexivegetariana. Eso sí, todo en equilibrio. Y no pasa nada por tomarse un buen postre. Y lo hago. Y es más, lo disfruto.
En todo caso me he inscrito a un curso de tartas sin gluten con Jordi Bordas, a otro de pastelería americana en Espai Sucre y otro de mesas dulces con MeriCakes. Todo para seguir formándome.
En paralelo estoy cursando Business Craft con Elia Fibla y trabajando en mi nueva página web. Quiero dar un giro. Siento que tengo que centrarme y empezar una nueva etapa. Pero de esto ya os contaré un poquito más otro día.
También para complicarlo algo más me mudo y dejo mi precioso (bueno, no es mío) piso de los 30 por uno muy nuevecito que esta vez será sí nuestro pero que está en plena reforma de cocina porque se me quedaba muy limitada por el uso que hago yo. Y todo esto con encargos cada semana aparte de mi jornada laboral normal y la familia.
No es una queja. En realidad todo es positivo. Estoy creciendo y me han salido un par de colaboraciones muy bonitas que también os desvelaré muy pronto. Pero es cierto que me he sentido desbordada y sin energía y que el blog se ha quedado parado. También me he quedado sin energía para hacer fotos. Sin energía y sin tiempo. Pero ya estamos aquí de nuevo.
¿Vamos a por el cake? Os aseguro que no os defraudará.
Carrot cake vegano con crema de anacardos
Ingredientes para el cake (3 moldes de 15cm):
130 g de harina de trigo
70 g de harina integral de trigo
8 g de levadura química
4 g de bicarbonato
6 g de canela en polvo
4 g de nuez moscada
Una pizca de sal
120 g de puré de manzana
160 ml de leche de almendras
1 cucharadita de extracto de vainilla
120 g de azúcar moreno
100 g de aceite de girasol
250 g de zanahorias ralladas
50 gr de nueces picadas
Ingredientes para la crema de anacardos:
Estas cantidades son para hacer una tarta "desnuda", si queréis cubrirla completamente doblad o triplicad los ingredientes.
140 g de anacardos
80 g de nueces de macadamia
75 ml de leche de almendras 75 gr de miel
1 cucharadita de extracto de vainilla
2 cucharaditas de zumo de limón
1 pizca de sal
Empezamos dejando en remojo los anacardos y las nueces de macadamia para la crema la noche anterior.
Precalentamos el horno a 175º y engrasamos los moldes.
En un bol, mezclamos las harinas, la levadura, el bicarbonato, la canela, la nuez moscada y la sal.
Aparte, batimos el puré de manzana con la leche de almendras, la vainilla, el azúcar y el aceite. Añadimos en tres veces la mezcla de secos e incorporamos la zanahoria rallada. Por último añadimos las nueces.
Vertemos en los moldes y horneamos unos 25 minutos o hasta que al introducir un palillo salga limpio. Dejamos enfriar sobre un rejilla.
Pasamos a la crema. Para ello, escurrimos los anacardos y las nueces. Y simplemente metemos todos los ingredientes juntos en un robot de cocina hasta que la mezcla vaya espesando y quede homogénea. Si veis que es muy espesa le podéis echar una cucharada más de leche de almendras.Tiene que quedar una textura suave.
Dejamos en la nevera al menos 30 minutos y ya podemos rellenar nuestro pastel y cubrirlo con la crema.
130 g de harina de trigo
70 g de harina integral de trigo
8 g de levadura química
4 g de bicarbonato
6 g de canela en polvo
4 g de nuez moscada
Una pizca de sal
120 g de puré de manzana
160 ml de leche de almendras
1 cucharadita de extracto de vainilla
120 g de azúcar moreno
100 g de aceite de girasol
250 g de zanahorias ralladas
50 gr de nueces picadas
Ingredientes para la crema de anacardos:
Estas cantidades son para hacer una tarta "desnuda", si queréis cubrirla completamente doblad o triplicad los ingredientes.
140 g de anacardos
80 g de nueces de macadamia
75 ml de leche de almendras 75 gr de miel
1 cucharadita de extracto de vainilla
2 cucharaditas de zumo de limón
1 pizca de sal
Empezamos dejando en remojo los anacardos y las nueces de macadamia para la crema la noche anterior.
Precalentamos el horno a 175º y engrasamos los moldes.
En un bol, mezclamos las harinas, la levadura, el bicarbonato, la canela, la nuez moscada y la sal.
Aparte, batimos el puré de manzana con la leche de almendras, la vainilla, el azúcar y el aceite. Añadimos en tres veces la mezcla de secos e incorporamos la zanahoria rallada. Por último añadimos las nueces.
Vertemos en los moldes y horneamos unos 25 minutos o hasta que al introducir un palillo salga limpio. Dejamos enfriar sobre un rejilla.
Pasamos a la crema. Para ello, escurrimos los anacardos y las nueces. Y simplemente metemos todos los ingredientes juntos en un robot de cocina hasta que la mezcla vaya espesando y quede homogénea. Si veis que es muy espesa le podéis echar una cucharada más de leche de almendras.Tiene que quedar una textura suave.
Dejamos en la nevera al menos 30 minutos y ya podemos rellenar nuestro pastel y cubrirlo con la crema.