Mermelada de ciruelas negras

Sé que ayer os prometí hablar de Figeac, pero no tengo perdón y me temo que mis retransmisiones no serán a tiempo real.

Es difícil describir la sensación de paz interior que uno siente al levantarse y pisar el antiguo suelo de madera y oír como cruje debajo tus pies. Abrir la ventana y que tus ojos solo se llenen del verde de los árboles.  Y salir al exterior a desayunar, sin prisa. 

Es una sensación de la que debo obligarme a no olvidar y a la que todos deberíamos tener derecho una vez en la vida.

Como es habitual, antes de irte de vacaciones te propones comprar lo mínimo y vaciar la nevera. Siempre, claro, que antes no hayas tenido un impulso compulsivo de comprar ciruelas ya qué hacer con ellas.

¿Mermelada?

Ingredientes:

• 1 kilo de ciruelas negras
• 600 g de azúcar
• El zumo de un limón

Lavamos bien las ciruelas y las partimos a trozos quitándole los huesos. Las ponemos en una olla y añadimos el zumo de un limón y el azúcar.

Las dejamos macerar al menos una hora y las llevamos a fuego medio durante 40 minutos.  Apartamos y trituramos con la batidora.

Para conservarla, esterilizamos un bote de cristal hirviéndolo en agua durante unos 10 minutos (el bote y la tapa). Luego cuando se haya enfriado totalmente, lo rellenamos con la mermelada, tapamos el bote y lo ponemos boca abajo para que haga el vacío. Así podremos conservar la mermelada unos seis meses. Si queremos que se conserve más (cosa que en mi casa no ocurre), tenemos que cocer el bote lleno y bien cerrado al baño maría durante 15 minutos.

Bon appetit!