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Proyecto Fábrica de sueños

Rompo la dinámica de publicación para presentaros un proyecto que si me seguéis por Instagram ya conoceréis. Se trata de un retro fotográfico que hemos organizado un grupo de bloggeras ex-alumnas de la escuela de Jackie Rueda. Es el proyecto Fábrica de sueños con el hashtag #proyectofabricadesueños

Durante diez días hemos compartido imágenes que transmitían y reflejaban lo que amamos hacer, nuestro día a día, nuestros sueños.  El objetivo era conocernos mejor y unirnos en la blogoesfera, divertirnos e inspirarnos. Todo el mundo está invitado a participar. 

Ha sido muy divertido y bonito ver tantas fotos que reflejaran los sueños de tantas mujeres con iniciativas. Digo mujeres porque no se nos ha unido ningún chico, pero que sepáis que sois más que bienvenidos. Sí, que yo sé que también sois creativos. 

¿Quieres ver el resultado? ¡A ver si reconocéis alguna de mis fotos!


¿Os unís al próximo reto?

Atención a mi Instagram o las siguientes redes sociales de mis compañeras de viaje: 

Blogs:

Bocados fit
Fet a miques
Mirando desde tu altura
El guante azul
Red and Mint
In my little kitchen

Instagram:

@marinaallas
@mirandodesdetualtura
@@suky_iyalode
@sintoniafashionista
@tinyhugeheart
@northica
@angieleyvalopez
@marietaveleta
@celialopezorland
@redandmint_silvia
@miss_pasteles
@zielitolindomexico
@cdescals
@localdiggz
@tortasdepapel
@pixie_lifestye
@paudelgado_
@coloresdecaramelo
@scarlatadream

Twitter:

@co_caramelo
@lamarymorena
@localdiggz
@sintonia_f
@cdescals
@zielito_lindo

Facebook:

6 regalos para mis amigos del mundo
fresa y kuky
sintonia fashionista

Y agradecer por hacernos publicidad del reto tambièn en Twitter a:

@fashionbloggers
@lesantonies

Os animo a conocerlos y espero veros también participante en el próximo reto. No sabéis que feliz que estoy de formar parte de esta comunidad :-)

Perlas del 2013

Como el viajero que colecciona perlas, ¿os acordáis? Perlas de vida. Este año decidí fijarme un poco más en esas personas que se han cruzado por mi vida, a veces de forma efímera y que han dejado huella en mí. De ellas me llevo su energía, su humor, su calma, su sonrisa, un gesto, y las encapsulo cuál aroma en frascos invisibles que cuelgo en un rincón cálido de mi despensa particular. 

Estas son algunas de las perlas que se han cruzado este año por mi camino.
  • Julia Dávila. Ojalá pudiera enfrascar en un solo bote toda la creatividad, magia, dulzura, inspiración y sencillez de esta fotógrafa ecuatoriana afincada en Madrid (de momento) y especializada en autorretratos. Su curso a través de la escuela de Jackie fue un auténtico viaje al interior de mi misma.
  • Jackie Rueda. Fotógrafa pero sobre todo coach. Su capacidad para enseñar de forma sencilla conceptos técnicos me ha dado un nuevo impulso. Con ella he crecido a lo largo de este año. Mis fotos también, pero si tengo que elegirla por algo sería porque me ha hecho creer que podía. A través de sus cursos (unos cuantos ya) he tenido además el placer de conocer a personas fascinantes con las que aún sigo en contacto y que seguro que se reconocen en este post. Va por vosotras.
  • Meisi. O lo que es lo mismo, Elena Ferrer. Diseñadora gráfica, madre de cuatro hijos y madrina de tres gatos. De ella me quedo su energía, sus conocimientos y sus ganas de compartir. Sus cursos contienen tanta información que no te la acabas, igual  que su buen gusto y su proximidad.
Y más cerca de mi entorno:
  • Paula del blog Tres Pompones, madre de tres hijos, traductora,  creadora de fiestas infantiles llenas de magia, manualidades de todo tipo y con unas reflexiones maravillosas. Pero sobre  todo un ser que no duda en dedicar su tiempo para ayudarte si lo necesitas. A ella le debo el giro que ha tomado este blog. Me pregunto la fórmula de su energía infatigable.
Ya, lo sé, no hay ningún hombre en la lista. No es que sea mala, es que las mujeres tienen un poder muy especial, que es el de crear. Y cuando consiguen desatarse de los nudos que las atan, aunque sea a trompicones o robando horas al sueño son casi sobrenaturales. Y no puedo más que fascinarme. No en vano tenemos el poder de engendrar vida.

Pero para ser justa diré que me cautiva la sonrisa "malin" y conocimientos de Eric Ortuño y también la proximidad y todo el bagaje cultural de Iban Yarzá. Quién sabe quizá el próximo año se invierten las tuercas en la lista. 

En el camino también me he quedado con muchos gestos, miradas, sonrisas, palabras de muchas otras personas. No os olvido, estáis allí, en el rincón de mi despensa. 

Y ahora toca el balance del año para mí con un pequeño collage de algunas de mis fotos y recetas este 2013.


Espero que hayáis disfrutado de este camino a paso de tortuga lento pero constante que empecé a inicios de año con un bote vacío para poner las monedas de dos euros y que ha terminado  por contener un mundo de sueños y proyectos. La mayoría a medio hacer como el diseño del blog pero todos y cada uno de ellos con alas y ganas de crecer. 

Gracias por acompañarme.

Os deseo un 2014 lleno de proyectos y perlas en vuestras vidas. 

Entre Harinas en Facebook

Pues sí, me resistía. Hay una palabra en inglés que define muy bien mi estado a veces y a la que no encuentro traducción: procrastination. Es el hábito de postegar actividades o acciones que deben atenderse por otras más agradables o menos exigentes. Como cuando tienes un montón de papeles por ordenar y tu te dedicas a hacer un bizcocho por ejemplo. ¿Os resulta familiar?

Al final decidí romper con ese hábito y este domingo por la noche en un momento de inspiración, o en un momento donde mi cerebro se rindió a mis anhelos, Entre Harinas irrumpió en Facebook.



No sé muy bien qué pondré por ahí aún. Quizá me podéis ayudar inspirandome a través de Facebook.

Y ya sabéis también me podéis encontrar en Pinterest, Instagram, Twitter (que lo tengo super olvidado), Google Plus y Bloglovin. También ando por Flickr, pero de momento un poco de incógnito.

Os espero!

Despertar

Tengo muchas ganas de contaros cosas, pero de momento me detengo con un despertar. O más bien un gesto. El que hago cada mañana al abrir las ventanas. Son solo unos segundos. Congelo el momento y respiro.



Lunes de Pascua

La mesa de mi madre nos espera para celebrar el lunes de Pascua y celebrar la Mona, tras desconectarnos en medio del Berguedà el fin de semana.

Es una fecha desprovista de significado religioso para nosotros pero llena de significado familiar. 

Mi madre repite una vez más que no ha querido preparar más cosas y tu miras de forma escéptica la mesa llena de jamón, queso, salmón y te preguntas cómo mover los músculos del estómago para dejar sitio a las patatas al horno, la ensalada y las costillas a la brasa. 

Cámara en mano, esperamos el momento en qué las Monas aparecerán y se abrirán las cajas. ¿Qué temática será este año?


N. mira fascinada el interior y el mayor se congratula posando ante la cámara  Un oh general, fotos, cava y el bizcocho de chocolate de mi madre culminan otra tarde de domingo que N. anima bailando a contraluz.


8 de marzo - Un clavel por los derechos de cada mujer


“El grado de civilización de una sociedad se mide por el grado de libertad de la mujer.” 
(Charles Fourier)

6:30. Suena el despertador. La noche fue movida. N se despertó varias veces. Me acurruco en la cama y me permito dormir hasta las 7:20. Hoy empezaré a las 8. Una excepción, ya que a fin de poder ganar horas al día y tener un tiempo para mí, suelo despertar al sol. 

En la cocina oigo a mi hijo mayor prepararse el desayuno. Me levanto para robarle ese beso de adiós que aún le apetece darme. Desayuno frugal con cereales. Tengo que encender el ordenador. 

Me siento afortunada. Trabajo siempre que puedo desde casa, lo que me permite "conciliar" mejor. Puedo empezar antes para salir a una hora que me permitir ir a buscar a N. Me ahorro el tiempo del transporte. 40 minutos ir y 40 volver. Soy yo quién ha escogido esta opción. Mi compañero sigue en la oficina. 

Entre mail y mail, report y alguna que otra cosa más, pongo la lavadora, vacío el lavaplatos y pienso en la comida de mi hijo. El café lo hago delante del ordenador, la comida es rápida y fugaz. 

Pienso en la gente de la oficina que se bajará a tomar un pitillo para charlar, que se encontrará en el comedor para comer, tomar un café y romper la rutina.  Conciliar tiene un precio.

Apuro hasta el último minuto para bajar a buscar a la pequeña. Otra ventaja de conciliar. Puedo trabajar 40 minutos más porque la guardería esta cerca.

Empieza mi segunda jornada. Buscar actividades para la peque hasta que llegue mi compañero. Esto implica que las actividades se alarguen a veces hasta pasadas las 7: Babybongo, visita a casa de Paola, ludoteca...La vuelta suele ser una lucha entre rabietas y zapatos que lanza del cochecito a modo de rebelión.

Antes miro la agenda de mi hijo, la plataforma digital, organizo sus tareas y me pongo en el papel de guardia civil con falda y sin tricornio. Me aseguro de que vendrá el profesor de inglés, mientras empujo el cochecito al ascensor del metro, miro que pueda ir a dibujo y que no le hace falta nada de material, lo acompaño.

Las 8. N ya está duchada, se ocupa mi compañero. Yo acostumbro a hacer la cena. Y nos "peleamos" para no darle de cenar. Es el infierno. La gota que hace que anheles como el aire que respiras una botella de cerveza y tumbarte en el sofá. Mientras pienso soñadora en ese pan que quiero hacer, el taller de sushi del sábado y aprovecho para actualizar el blog y responder los mails de la asociación para que todos tengan plaza en la próxima escuela de padres antes de preparar la cena y robar unos momentos en el sofá viendo una serie medio dormida. No me acostaré hasta pasadas las 11 o a las 12.

Me siento cansada y sin embargo afortunada. Afortunada por ser mujer. Afortunada por formar parte de esta masa con frecuencia amorfa que tanto ha luchado por una sociedad más justa, para los derechos de ellas y de sus hijos.  Orgullosa de ser parte de ellas. Y triste por ver que tantas otras siguen que tener luchando por el simple hecho de ser mujer, por tener una educación y un trabajo, para poder salir de casa.

Nos queda mucho por lo que luchar. No olvidemos, no nos acomodemos. 

Feliz día a todas y cada una de vosotras.


El cuento de la lechera y otras historias

Nunca he entendido una cultura que acepta el milagro de los peces y luego hace del cuento de la lechera una de sus fabulas favoritas.

La historia de la bella Elisa que un día va al mercado a vender la leche mientras piensa qué hará con el dinero que obtenga para acabar con la jarra rota como sus sueños es una historia aterradora para adiestrar a los niños a seguir el camino que tienen marcado. Los mismos niños a los que se les exige emprendeduría y creatividad cuando son mayores. Cuando ya la mente y el hábito los ha encorsitellado de tal manera que salir de lo establecido requiere una dosis tremenda de pasión, locura o necesidad.

El domingo quise convertirme en Elisa con dos litros de leche y medio limón.


Escurrí el limón en la leche entera, lo dejé reposar dos horas a temperatura ambiente. Y luego lo herví a fuego medio. Cuando echó el hervor, apagué el fuego y lo dejé reposar media hora más. Después cogí un bol, un colador chino, un trapo bien limpio y colé la leche. 

Con la crema que quedó en el trapo salió un queso fresco riquísimo que desayuné la mañana siguiente con el pan de molde de masa madre que había hecho el día anterior.


Sólo salieron 25 g de dos litros de leche. Menudo desperdicio pensaréis. Pues no. No me desanimé. 
Con la leche que sobró hice siete yogures en la yogurtera aprovechando dos yogures a punto de caducar que tenía en la nevera. El resto lo puse en un bol cubierto con un trapo que dejé toda la noche encerrado en el microondas. 

Para la receta leed el post que publiqué hace un tiempo.


El yogur que obtuve en el bol lo colé en un bol con un colador y un trapo bien limpio y obtuve yogur griego y suero de leche.


Suero con el que esta mañana hice un pan.



Lección: nunca dejéis de perseguir vuestros sueños, no dejéis que los miedos de los demás os atrapen y si estos no salen cómo esperabais aprended de los errores, seguid soñando y mejorarlos. Quizá no siempre serán realizables pero si dejamos de soñar nos convertimos en títeres de nuestros propios miedos y del miedo de los demás.

Para aplicarme el cuento fui a visitar Hofmann. Me pica mucho el gusanillo. Imaginarme pasar 3 horas a la semana aprendido a elaborar esos deliciosos postres. ¿Loca? Sí, un poco. Pero es esta locura la que me mantiene cuerda.

Os dejo con la inspiración de Sarah Kay. Con subtitulos en español.



Sobre tazas bonitas


En mi casa últimamente las tazas se suicidan. De las más múltiples maneras. La primera se dejó caer de mis manos. La segunda murió de un golpe de chupete. Aún no me explico, si no es por un fenómeno paranormal. Paranormal como la mala leche de mi hija. Estaba en el ordenador y N. sintió esa necesidad imperiosa suya de llamar la atención a base de rabieta. Lanzó el chupete al aire que golpeó con precisión el borde la taza. Y esta sucumbió al golpe dramáticamente de lado, en toda su extensión. La tercera taza me la encontré esta mañana en el interior del lavaplatos con un agujero considerable en la base. Otra cosa que todavía no me explico ya que me aseguré que mi hija no estuviera por ahí.

No las culpo. No les he prestado mucha atención últimamente. Incluso he manifestado públicamente delante de ellas que estaba cansada de verlas. Es más me dediqué a hacer un pequeña limpieza días atrás. 

Este suicidio colectivo viene precedido por uno parecido de copas de champagne del que solo han sobrevivido tres. ¿Tendré algún líder sectario de vajillas en casa?

Pero justo hoy, con la tercera muerte anunciada, el timbre sonó. Y aunque los nervios me saltaron ante la insistencia del repartidor (cosas de trabajar en casa), me alegré al recibir un paquete que promete poner fin a esta dinámica. 

Y es que hasta el paquete es bonito. Con lo retro que soy yo y me lo presentan así:



Las tazas son de Maison Artist. Precioso de verdad todo lo que tienen.

Os dejo, que tengo que hacer un bizcocho apto para intolerantes a la lactosa para la guardería. Ya os contaré el resultado.

Resacón de Reyes

Pues ya han terminado las fiestas y ahora sólo falta disfrutar tranquilamente de los regalos de Reyes y las sobras de los festivos.

En casa este año se portaron muy, pero que muy bien. No sé si debido a mi comportamiento o más bien porque estaban hartos de oírme. Se me antoja que lo segundo.

El caso es que estos Reyes no monárquicos vinieron cargados de una amasadora Kenwood km010. Ya me veis más feliz que una perdiz.

Forn Baltà: los niños no hacen miga

No hace mucho el blog del País De mamas & de papas elaboraba con la ayuda de los internautas una lista de restaurantes donde ir a comer con los niños tranquilamente. Como buena gourmet que soy, me pareció una idea magnífica, ya que me niego a comer pollo con patatas fritas sólo por el hecho de ser madre.

Hace unas semanas empecé pues a tomar nota de los lugares friendly con los niños para destacarlos en mi blog. Lo que yo no podía imaginar es que inauguraría esta sección por motivos bien distintos. Y es que lo que me ha ocurrido hoy aún no me había ocurrido en casi 11 años de maternidad y me afecta por tres motivos distintos: mi maternidad, mi afición al pan y mi relación con el sector de la reputación corporativa.

Hoy, día 3 de mayo de 2011, señores y señoras, se han negado a atenderme a mí y a 3 amigas más en el Forn Baltà por el hecho de ir con cochecito. No es la primera vez que siento que molesto en un restaurante por ir con un bebé, pero hasta ahora nunca me habían invitado a salir del local.

Lo más divertido es que como bien sabéis he recomendado esta panadería y su tienda en distintas ocasiones a través de mi blog. Ironías del destino. El mismo medio social que he utilizado para darlo a conocer ahora me sirve para denunciarlo.

Os pongo en el contexto. Gracias a los cursos de pre y post parto he tenido la gran suerte de hacerme amiga con un grupo de chicas que como yo se niegan a quedarse encerradas en casa. Le llamo la “colla de la teta”. Juntas vamos a comer, a pasear, hacemos estimulación musical y masajes infantiles con los bebés, compartimos risas y nos desfogamos si es necesario. Es super terapeútico. ¿A quién sino le puedes decir mi hija hoy se ha puesto de mierda hasta el cuello? Gracias a ello estoy viviendo mucho mejor esta segunda y tardía maternidad.

Nos organizamos muy bien y lejos de molestar nuestra presencia suele despertar simpatía y sorpresa. Hoy tras el taller de música, como siempre hacemos, nos fuimos a comer juntas. En esta ocasión al restaurante Fenicia en Sants donde incluso nos invitaron al té. Esa fue la cara de la moneda. La cruz vino despues, cuando decidimos seguir nuestra ruta pasando por el Forn Baltà, también en el barrio de Sants de Barcelona.

Eran las 3 de la tarde, los bebés dormían. Antes de entrar comprobamos que hubiera sitio. Sólo había dos personas comiendo y entramos. Juntamos dos mesas y colocamos los cochecitos de forma intercalada para molestar lo menos posible. En esto que viene una de las chicas y nos dice de mala gana: “¿a ver sois 3 y 4 cochecitos?” “No, somos 4 y 4 cochecitos.” ” Pues aquí molestáis porque no puedo pasar.” ” De acuerdo, responde una de mis amigas, dinos cómo colocarnos y lo hacemos.” ” Pues aquí no porque no puedo pasar, allí tampoco porque está el lavabo, allí tampoco porque etc.” ¿Qué nos quieres decir?, responde mi amiga, ¿que nos vayamos? ” “Sí, responde sin inmutarse la chica.” Momento de silencio, no podíamos creernos lo que estaba ocurriendo. Nos levantamos, pero antes de salir le dijimos que nos parecía de muy mala educación cómo nos había hablado. Lejos de disculparse, nos responde que “al contrario”. Es decir, las maleducadas eramos nosotras porque a las 3 y media venía mucha gente al local y molestabamos con los cochecitos.

¿Cómo osabamos pensar que teníamos derecho a tomar un café como el resto de clientes? La experiencia nos ha dejado un mal cuerpo increíble y un regusto amargo. Bref, nos ha fastidiado la tarde. Me he sentido como si fuera una borracha que armara follón en el local.

Ya en frío, me he preguntado cómo una panadería que presume de ser de las mejores de Barcelona y que tiene su propio grupo en Facebook, se puede permitir discriminar 4 madres con sus bebés invitándolas a salir y haciéndoles sentir como si fueran pura molestia.

Por lo que mi respeta, no volveré a poner los pies allí, por mucho que me guste su pan. Está claro que el Forn Baltá no hace miga con los niños.

La mona

No, no os estoy dando gato por liebre. Esta esto es una mona. O parte de ella.

Y como si no fuera poco chocolate, también lo es esta locomotora.


En Cataluña conviven diferentes tipos de monas. La más antigua lleva los huevos cocidos y la base se hace tipo roscón. Luego hay la mona donde los huevos de gallina se han ido sustituyendo por huevos de chocolate y la base se ha cubierto también de chocolate. Y finalmente están las impresionantes monas de chocolate,  algunas hechas por maestros pasteleros, que cada año suelen tratar un tema de actualidad. Esta últimamente es la que suelen esperar los críos.

En casa conviven el biscozcho con huevos de chocolate y la mona de chocolate. En resumen: chocolate para meses.

El gato lo compramos en el Forn Baltà i la locomotora en una fábrica de bombones que hay en Sants y que os recomiendo: Bombonería Pons.

Hornos con pan de calidad

Hoy La Vanguardia publica un interesante artículo sobre la tendencia de los panaderos a volver a elaborar pan de calidad.

Ver un artículo dedicado al pan en un períodico como La Vanguardia hubiera sido algo impensable hace tan solo un par de años y refleja un fenómeno cada vez más creciente: el pan como Santo Grial.

La demanda de panes de calidad por parte del público ha generado una oferta cada vez más amplia de panaderias que vuelven a fórmulas tradicionales y optan por una diversidad menor pero de más calidad.

El pan pasa a ser protagonista en la mesa y un objeto de lujo como ya lo fuera antaño.

Este fenomeno un tanto Bobó (bourgeois bohemian) se acompaña de un número creciente de blogs, talleres, libros y artículos alrededor de este producto tan básico. El mío sin ir más lejos.

Para mí el pan siempre ha sido un manjar. Me lo reservaba de pequeña para despues o antes de comer. Me gustaba comerlo sólo sin nada que disfrazará su sabor. Por esto miro con interés y cierta estupefacción esta fiebre actual por el pan.

Por un lado me alegro de que este producto haya recuperado su puesto en la gastronomía, por otro me pregunto hasta dónde llegará este fenomeno. Si antes hacía pan en parte ante la imposibilidad de encontrar uno de calidad, ahora que lo encuentro me planteo si no tendremos que encender todos los hornos para poder acceder a un producto de lujo.

De momento, disfrutaré de este momento.

El balcón verde en Comradio

Mis queridos amigos Xavi y Yolanda en Comradio :-)

Aún recuerdo cómo se cruzaron por mi camino en Bonsfocs hace tiempo en un taller de huerto urbano y ahora ya tienen hasta sus propios talleres. No puedo decir que me sorprenda. Os invito a seguir su magnífico blog y a contagiaros de sus ganas y entenderéis como algo que empezó como un hobby se está convirtiendo en algo más.

Con Xavi y Yolanda comparto el placer por las pequeñas cosas. Recoger, y nunca mejor dicho, el fruto de tu trabajo. Disfrutar de cada paso sin prisas, sólo por el placer de amasar tu mismo con tus manos ese pan crujiente que acompañará tu cena, de ver crecer esa lechuga que tu mismo has mimado día tras día, de cocer esa salsa que enriquecerá la pasta que tu mismo has elaborado.

Poco importa si te sale a cuenta o no ya sea por tiempo o por dinero. El placer de parar el tiempo por un momento y evadirte compensa con creces.

Enhorabuena al Balcón verde y a todos y todas los que como ellos apuestan por esta forma de crecimiento personal.