Brazo de gitano con nata y crema quemada

A Rebeca hacía tiempo que el estomago no se le hacía una bola, que los nervios le impedían comer. Pero los fantasmas de la vida se habían escapado de ese armario que tan bien había armado recordándole un estado al que no deseaba volver y que le resultaba difícil de entender. El cerebro es traidor y nos es más fácil recordarnos de nuestras debilidades que de nuestras fortalezas. En la que le permitió salir adelante tanto tiempo atrás. En eso pensaba cuando finalmente abrió la nevera, cogió un trozo de brazo de gitano y se lo zampó sin plantearse que no había ni almorzado.


El sabor de la crema quemada permitió a su mente dispersarse un breve momento. Como si su estomago se hubiera compinchado con su cabeza en uno de esos raros momentos donde la mente y el cuerpo deciden ir a una.


¿Cómo se entierra un fantasma que ha decidido resucitar? Quizá su error fue tratar como fantasmas lo que no eran. Confundir el ectoplasma con la mala baba. Evitar, esquivar los conflictos en vez de plantarles cara. Pero a Rebeca, de carácter sensible y conciliador, siempre le había costado entender de batallas y de guerras. Aunque su vida siempre hubiera sido una lucha hacía delante.

Rebeca se levantó del salón y volvió a abrir la nevera. Definitivamente hoy se olvidaría de la dieta.




Brazo de gitano
de nata y crema quemada

Lo sé el nombre no es políticamente correcto, pero me costaba poner rollo de nata. En parte porque este postre lo relaciono con mi infancia y en mi infancia se llamaba así. Soy consciente de que las fotos no son las mejores que he hecho pero es un postre bastante sencillo y que siempre resulta. A mi hijo le encanta y se lo debía desde hacía tiempo. Eso sí los platos japoneses de Claudia & Julia lo resuelven todo.

¿Vamos a por él? La receta es de Hofmann.

Ingredientes para la plancha de bizcocho:

Estas cantidades dan para dos planchas. Podéis hacer una y el resto de masa ponerlo en un molde en forma de bizcocho.

5 yemas a temperatura ambiente
1 huevo
5 claras de huevo
120 g de azúcar (60+60)
60 g de fécula de patata (también sirve el almidón de trigo y la harina de arroz)
60 g de harina floja (se puede sustituir 15 g por cacao en polvo)
La ralladura de un limón
1 pizca de canela

Precalentamos el horno a 230º.

Blanqueamos las yemas, el huevo y 60 g de azúcar durante al menos 10 minutos. Añadimos la ralladura del limón y la canela.

Aparte tamizamos la harina junto a la fécula y lo añadimos a la mezcla de yemas con la máquina parada y mezclando con la ayuda de una espátula. Aparte montamos las claras muy bien con los 60 g de azúcar restante que añadimos en tres veces.

Vertemos la mezcla de huevos y harina encima de las claras y mezclamos de forma envolvente con la espátula.

Ponemos un silpat encima de la bandeja de hornear y extendemos la masa con la ayuda de una espátula de codo de manera que nos quede lisa y de un centímetro de grosor. La masa se baja rápido y no puede estar más de media hora fuera sin hornear.

Una vez la tenemos horneamos unos 4/5 minutos. Volcamos sobre un papel de hornear y dejamos enfriar.

Ingredientes para la crema:

Esta crema es la que utilizamos para quemar. Como veréis tiene bastante azúcar pero esto no quita que esté igual de rica para comer.

100 g de leche (70+30)
150 g de azúcar
2 huevos
20 g de maizena
Azúcar glas para quemar

Diluimos la maizena con 30 g de leche fría. Añadimos los huevos y batimos. Aparte, en un cazo, hervimos el azúcar con la leche restante. Vertemos encima de los huevos y mezclamos rápido y vertemos todo junto de nuevo al cazo mezclando sin batir en exceso pero vigilando que no se agarre en los laterales hasta que coja textura.

Vertemos la crema sobre una bandeja de plástico envuelta con film (puede ser la tapa de un tupper). Dejamos enfriar, cubrimos con film y dejamos en la nevera.

Relleno:

300 g de nata montada con 30 g de azúcar

Montaje:

Para montarlo, pulimos la plancha cortando los laterales de manera que nos quede un rectángulo bonito. Cubrimos toda la plancha con una capa fina de nata, pero poniendo una buena cantidad en uno de los extremos a lo largo. El brazo de gitano no se tiene que enrollar a base de dar vueltas sobre él. No es una bûche. Pero si os resulta más fácil enrollarlo no pasa nada. En principio cogemos la base más larga, ayudándonos del mismo papel para cubrir la nata, le damos una vuelta y luego con la ayuda de una bandeja apretamos bien. La nata tiene que salir literalmente de los extremos. La parte del cierre tiene que quedar hacia abajo. Como la cubrimos de crema no pasa nada si la parte de fuera es la más bonita o no. Pero si la quisiéramos cubrir por ejemplo con azúcar glas sería mejor el lado "piel".


Una vez lo tenemos enrollado es mejor dejarlo en la nevera al menos 30 minutos. Extendemos la yema por encima del brazo con la ayuda del mismo film que hemos utilizado para cubrirla. Por encima y por los lados. Espolvoreamos bastante azúcar glas y quemamos. Y si es necesario añadimos más azúcar glas para quemarlo mejor. Yo utilizo uno eléctrico bastante caro pero en Amazon podéis encontrar de mucho más sencillos.

Espero que os guste.

6 comentarios

  1. Me ha gustado mucho la historia....y el brazo de gitano no te digo nada. Receta apuntada. Es un postre que me da respeto, a ver cuando me animo a prepararlo.
    Un abrazo,
    Olga

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    1. Muchas gracias Olga, me alegro que te gustara tanto la historia como la receta. No es tan complicado de veras. Lo único es enrollarlo. Y siempre puedes cubrirlo con azúcar glas si preferies en vez de crema

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  2. Madre mía, qué lujo de brazo gitano, y con yema con lo que a mí me gusta....fantástico postre guapa
    Un besito
    Marialuisa

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    1. Sí, la yema es lo que le da el punto total. Está riquísimo. Un beso mi reina

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  3. A mí aquest dolç em recorda a dinars de diumenge en familia :)
    petons bonica

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    1. Sí, això i el tortell de nata :-) Un petonàs preciosa!

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