Decorando con Sucré Brûlée


Este sábado pasado dejé la ciudad atrás. Mientras el tren avanzaba y los túneles desaparecían para abrirse a un paisaje helado con los árboles saludando, dejé el diario a un lado y escondí el smartphone para que nada pudiera romper ese momento. Me hubiera gustado inmortalizar ese momento, pero mis manos se contuvieron y dejaron descansar la cámara. Mis ojos se llenaron de paz a tan solo una hora y cuarto de Barcelona.


Un café con leche, en un bar con el cuadro del Grito presidiendo la sala, calentó mi cuerpo. Tiene que ser una buena señal.

Lidia nos abrió la puerta. En ese momento no sabía que estaba entrando en el país del "no res" (nada). Todo es fácil en sus manos, nada es difícil, mientras tu te rompes las cejas para conseguir un bigote daliano para ese Papa Noel que presidirá la tarta. Sus manos moldean el fondant a su antojo y sin perder la sonrisa.

Por cierto, ese de ahí, es mi diploma.



El país del "no res" es un piso acojedor, decorado con gusto, por mucho que Lidia y su hermana no paren de insistir en que faltan cosas. Trabajar allí hace que este momento sea aún más fácil y agradable. 

Más cuando en la mesa te esperan estas galletas y estos deliciosos cupcakes de frambuesa con crema de limón y queso.
























Todo listo para empezar. El modelo que seguiremos para crear esta magnífica tarta de dos pisos que miro de forma escéptica. ¿Seré capaz de crearla yo?



Y poco a poco toda va cogiendo forma...La tarta cubierta de fondant...



!Mi Papa Noël! Todos super concentrados. Hasta yo me callé para centrarme en lo que hacía.

¿No es guapo él? Con su ligera inclinación de cadera que desdramatiza la Navidad...



Esta es mi tercera tarta con fondant y cada vez más le cojo el gusto. Es parecido a una clase de manualidades en las que tus manos consiguen crear. Te hace creer que puedes lograr cosas bonitas. Y poco a poco ese libro que miraba de reojo me parece más simple. Y cada vez me atrevo un poquito más. Ay, esa bulimia por aprender que me caracteriza.

Pero esa bulimia, esa motivación la debo a personas como Lidia que hizo lo posible junto a su hermana Mónica para que no perdiera el tren y me acabará llevando mi tarta acabada.



Gracias por hacer que la palabra nada coja pleno sentido.

1 comentario

  1. Sonia!!!!! que bonita entrada!!
    no puedo decir " nada " más que gracias a ti por confiar en nosotras, en venir des de Barcelona y así poder conocerte! eres un encanto.

    Lídia y Mònica

    ResponderEliminar